Recordando a Rosario Bléfari en 5 canciones

Recordando a Rosario Bléfari en 5 canciones

Fuente: Fernando Stefanelli / Flickr

El indie argentino está de luto. Rosario Bléfari, quizás la figura que mejor supo encarnar en su voz y proyectos los ideales estéticos y de sentido del under local, falleció hoy a los 54 a causa de un cáncer con el que venía batallando hace años.

Nacida en Mar del Plata un 24 de diciembre de 1965, la escena independiente argentina no puede ser concebida sin las huellas que su vida le imprimió. A lo largo de los 90s, lideró la mítica Suárez, banda de culto con la que editó cuatro larga duraciones –Hora de no ver, Horrible, Galope y Excursiones– y un EP –29:09:00– , hoy referencias obligadas para quien desea indagar en el que ella llamaba el “otro mundo del rock”.

De inquietudes artísticas omnívoras, es también conocida por su labor como actriz en diversas cintas, tal vez la más recordada Silvia Prieto (1999), de Martín Rejtman. Asimismo, su amor por las letras la llevó a editar libros de poesía y obras de teatro, además de colaborar en publicaciones gráficas.

A modo de homenaje, recordamos a la referente del indie argentino con una selección de cinco de sus más emblemáticas canciones. Que este recorrido, arbitrario y caprichoso, sea tan solo uno entre docenas de caminos que permite su discografía, no hace más que reforzar la fuerza de su voz.

Suárez – “Saludos en la nieve”, de Horrible (1995)

A 25 años de su lanzamiento, escuchar Horrible, segundo álbum de Suárez, sigue siendo una experiencia alienígena en el contexto del indie argentino. Por más que cientos de discos posteriores hayan bebido de su misma copa, la producción híper lo-fi de las primeras placas del grupo conjugan un universo surreal aparte jamás igualado.

Todo se oye lejano, como si la banda estuviera tocando en la habitación contigua en vez de tus auriculares. Suárez entendió que al sacrificar el impacto directo de la producción limpia, el lo-fi llena los huecos con una calidez ambigua y somnolienta.

“Saludos en la nieve”, tercer tema del álbum, extiende la metáfora de la lejanía a límites geográficos inauditos. “Todas las mañanas transmitiendo desde la Antártida / Con una foca en la bañera y saludos en la nieve / Buen día y arriba”, canta Rosario asumiendo el rol de conductora, entre bleeps de comunicación radial y acompañamientos instrumentales sedados.

El frío es palpable en cada poro sonoro de la canción y, sin embargo, la voz de Rosario nos hace sentir tan cálidos…

Suárez – “Excursiones”, de Excursiones (1999)

Con Excursiones, último álbum de la banda, la transición del lo-fi y el experimentalismo hacia un sonido pop más directo y limpio se termina de materializar. Finalmente, un disco que podés presentarle a tus amigos sin que se pregunten si hay algo mal con la calidad de audio. ¿O acaso alguien puede negar que canciones como “Río Paraná”, con sus guitarras deliciosas y estribillo con alma de himno, no son cortes ejemplares de cómo hacer una tema pop redondo?

Cierto aire de melancolía, arrastrado de las placas anteriores, aún sobrevuela las 13 canciones del trabajo, pero aparece aquí disfrazado de un manto engañosamente veraniego, más cálido y amable. La canción que da nombre a la placa, con sus referencias geográficas a plazas y avenidas – todos posibles escenarios de encuentros fortuitos y memorias–  indica el contexto ideal para escuchar al álbum. Este es el soundtrack de mil y un aventuras al sol, apto –y necesario– para adolescentes de edad o alma.

Si suena como una descripción que abarca a buena parte del indie argentino moderno, es porque aún no podemos superar Excursiones.

Rosario Bléfari – “Estaciones”, de Estaciones (2004)

Más postales hiperrealistas de amores, obsesiones y aquellos momentos que retornan por la noche, casi de casualidad, siempre por sorpresa. Las tardes recordadas y las que queremos olvidar. El paso del tiempo. La soledad. Las calles que hace tiempo dejaste de recorrer. Las mañanas de flojera y aquellas en que podrías devorarte el mundo.

Todo al son de la voz siempre cálida y reconocible de Rosario, y aquel destilado pop de guitarra ideal que retoma a Excursiones. La canción que da nombre al disco –¿el gran himno de su carrera solista?– es la muestra perfecta del acercamiento blefariano a la canción como polaroid de momentos de la vida; de tu vida.

Un (des)amor, contado a través del paso de las estaciones. Joyitas punzantes que saben demasiado bien dónde pincharnos (Por la costumbre de verte / Me empezó a gustar tu suerte y tu vida / Demasiado cerca de la mía) y que no podemos resistir. Describirla de “mágica” se queda corto.

Sué mon mont – “Besos”, de Sué mon mont (2014)

Un álbum y un EP fue todo el material que tomó a la agrupación para dejar su marca en el indie de la década pasada.

Las referencias puntuales de la letra de “Besos” (Fueron lindos esos tiempos / Esperando en la parada / Que viniera el 299 / Y dejarlo que pasara / Para seguir con los besos / Hasta que otro llegara) son paradójicamente específicas y universales a la vez. Los detalles falsamente casuales, como el número de bondi, dotan al relato de un realismo palpable y cálido que trasciende la vida personal del narrador para entrar, aunque sea unos minutos, en la tuya.

Los Mundos Posibles – “La Guerra del Japón”, de Pintura de guerra (2018)

El dúo Los Mundos Posibles no necesariamente extendió el mundo sonoro de Bléfari, pero sí lo dotó de nuevas y bienvenidas canciones a sumar a su repertorio, todas ellas bordadas con la maestría que otorgan el tiempo y la experiencia.

“La Guerra del Japón”, la cual retoma el amor devenido en obsesión y en llaga que no para de doler (Voy a preparar café / Empecé a extrañarte hace unas horas / He tratado de dormir / Repasé mil veces nuestra historia / Como siempre), es una de las mejores canciones de la última etapa de la artista.